Es difícil sintetizar lo que el pasado fin de semana
ocurrió en Ronda (Málaga). Lo más importante ha sido el objetivo conseguido, pero
hay otras muchas vicisitudes ocurridas que te hacen más deportista, más
resistente, más amigo y más autocrítico.
Viernes 11 de mayo a las 4 de la tarde. Partimos con
toda la ilusión del mundo a Ronda. Antes, paramos en nuestro cuartel general
que habíamos montado en un pequeño pueblo en medio de la Serranía, Parauta, situado
a 9 kms de Ronda para dejar el equipaje. Al poco ya estamos en Ronda.
Ambientazo por las calles. Después de unas cuantas vueltas y rodeos por
"indicaciones erróneas" conseguimos retirar nuestros dorsales y
entregar las mochilas (una para el
avituallamiento en el km 60, situado en Setenil, y la otra, para el
avituallamiento en el km 77, en el acuartelamiento de la Legión). Costó mucho
más de lo que pensábamos. ¿Sería una señal de lo que nos esperaba? Lo cierto es
que hicimos un buen "entrenamiento previo" yendo de aquí para allá
con nuestras mochilas. Después un paseo por los stands de los patrocinadores y
un refrigerio. Por la noche preferimos cenar en nuestro centro de operaciones
en Parauta en lugar de en la tradicional "cena de la pasta
legionaria". Más que nada por estar tranquilos y comer exactamente el menú
que cuidadosamente habíamos preparado: 1er plato - espaghettis con salmón y
huevo; 2º plato - espaguettis con salchichas y tomate.
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Nuestra cena de la pasta |
Sábado 12 de mayo a las 7 de la mañana. Los
nervios actúan de despertador y tras un buen desayuno con más hidratos nos
preparamos y partimos hacia Ronda a las 9 de la mañana. Tenemos suerte
aparcando y dejamos el coche cerca de la meta. Sabemos que no habrá muchas
fuerzas "dentro de unas horas". En el camino hacia la salida nos
encontramos con gente del Maratón Jerez y llegamos junto a ellos
hasta la entrada del campo de fútbol, lugar de salida de los 101. Por el camino
Carmen nos da algunos consejos después de haber participado en 7
ediciones. Casi na. Prevé un día duro con el calor y nos recomienda mucha calma
por nuestra inexperiencia. Viendo su cara de preocupación tomamos conciencia
que no será un día fácil.
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En el campo de fútbol |
Entrada al campo con mucha emoción. Primer sello
al pasaporte legionario, documento imprescindible en toda la carrera como medio
de acreditación para sellar en los puntos de control. Algunos estiramientos y a
esperar. Bebemos agua mientras. Después de salir las bicis y duatletas nos
colocamos en buen sitio. La idea es no quedar taponados con los que hacen el
recorrido andando. El speaker se encarga de animar y dar trascendencia al
momento. Después toma la palabra el general jefe de la legión. Nos arenga y
felicita, nos da fuerzas y nos pone como ejemplo "de lo que necesita
España, gente luchadora y con ganas". Después los vivas reglamentarios.
Todo muy militar. Nos dejamos llevar por el momento y gritamos emocionados los
vivas. Con todo el mundo extasiado se da el cañonazo de salida a las 11 en
punto. 2700 marchadores de toda la geografía española y muchos extranjeros.
Gritos de guerra y de ilusión. Aplausos y choques de manos. Nos deseamos suerte
unos a otros. Los vellos de punta.
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Justo antes de salir |
Primeros kilómetros más rápidos de lo previsto.
Llegada a los avituallamientos antes de lo esperado pero paradas más largas
debido al embotellamiento y las largas esperas. El calor es asfixiante y
comentario de todos. Salida de Ronda y empezamos a carrilear. Contenemos
mucho el ritmo sin pasar de 6' en llano y andamos en las subidas. Junto a eso,
promesa de beber hasta acabar nuestros bidones antes de cada avituallamiento.
Hay que luchar contra la deshidratación. Lo cumplimos a rajatabla. El problema
ahora es que todo el mundo se para a reponer agua y en los 3 primeros
avituallamientos perdemos mucho tiempo, pero no podemos quedarnos sin líquido.
Aguantamos pacientemente las colas.
Llegada a Navetas, km 25. Tomamos un sandwich y
un donut más algo de fruta. Ya se dejaba notar el apetito. Repostaje y a
seguir. El calor es tremendo. Jose empieza a quejarse de la rodilla.
Preocupación silenciosa de Falín y Antonio. Los ritmos siguen siendo los
previstos pero seguimos perdiendo tiempo en los avituallamientos.
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Antes de la "cuesta de los cochinos" de Arriate |
A partir del 35 comienza la subida de Arriate al
Cortijo del Polear. Tres y media de la tarde. Momento crucial. Jose nos
dice que sigamos, que va muy mal de la rodilla y que prefiere ir a su ritmo. Esto
le está afectando al resto del cuerpo y tiene las pulsaciones por las nubes. No
queremos presionarle y le dejamos. Avisa que quizás abandone. Queda mucho y es
para pensarlo. La cuesta es terrorífica y rompe a casi todos. No solo por la
pendiente sino por el bochorno. No corre nada de aire, el sol de justicia y la
hora del día hacen estragos. Es dantesco. Empiezan a verse imágenes duras. La
gente empieza a echarse a los lados. Unos sólo descansan buscando algo de
sombra, otros se retuercen con calambres, alguno vomita con signos de golpe de
calor. Tremendo. Conforme más subimos más escenas de este tipo. Nos tomamos un
buen descanso esperando a Jose en el avituallamiento. Llega a 10 minutos. Seguimos
adelante porque necesitaba un buen rato para descansar y recuperarse. Los
corredores caían como moscas, y los de protección civil pedían refuerzos porque
tenían que evacuar a 45 tíos. Al poco Jose intenta seguir pero le costaba
trabajo hasta caminar. Un corredor se paró y le ofreció una pomada antiinflamatoria.
Un km después, al paso por un camión de bomberos que echaba agua a los
corredores para refrescarlos, volvió a trotar poco a poco, y sorprendentemente,
cada vez se fue sintiendo mejor y podía correr con más facilidad. Ahí empezaron
sus 101.
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En el "Cortijo del Polear" |
Mientras, Antonio y Falín siguen. Los 13
kilómetros siguientes son los más agradables. Castigados por el sol, la dureza,
y los kilómetros, pero hasta llegar a Alcalá del Valle se pudo disfrutar.
Cumpliendo a la perfección los ritmos previstos y corriendo en muchos tramos,
teniendo que echar el freno muchas veces. El calor sigue arreciando, y muchos
vecinos echan agua con las mangueras al paso por sus casas. También un coche de
bomberos hace lo propio. Antonio lleva aguantando casi desde el 40 un dolor en
la punta del pie al chocar con la punta de la zapatilla. Cada vez se acentúa
más, sobre todo en las bajadas, pero es "soportable". Llegamos a
Alcalá y tras atravesar el pueblo una subida corta pero de un 30% de desnivel
afecta a Falín y en la bajada empieza a tener graves problemas musculares. Llegada
a Setenil con un ambientazo. La gente por todas las calles nos jalea a nuestro
paso y aplaude. Damos las gracias y saludamos con emoción. Más momentos para no
olvidar. En el avituallamiento del polideportivo hay más comida y nos
atiborramos. Sandwiches de salchichón, fruta, chocolate y coca-cola. Después
nos cambiamos de ropa para ataviarnos con la de nuestro club, el DBM. Estiramos
un poco antes de partir y en ese momento llega Jose. Increíble. Dice que está
recuperado. Ha sido un milagro. A partir del km 45 y ya pudiendo correr sin
problemas su táctica fue clara. Había venido a correr con sus compañeros y a
cruzar la meta con ellos y tenía que intentar alcanzarlos. Y lo consiguió. Sin
embargo prefirió quedarse para cambiar de ropa y comer algo para alcanzarnos
más tarde y no cortarnos el ritmo. Así hicimos.
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Reponiendo fuerzas en Setenil |
Tras ese parón vienen un par de subidas. La
primera se nos hace dura. Falín sigue con problemas musculares y el dolor del
pie de Antonio ya es preocupante. A pesar de ello seguimos pero bajamos el
ritmo. Corremos a intervalos. Nos cuesta volver a hacerlo. El calor continúa.
Entramos en una parte preciosa de bosque con un riachuelo donde nos alcanza
Jose. Nos da un subidón. Vaya pundonor.
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Los tres DBM juntos de nuevo |
Después llega la otra cuesta, la de Chinchilla, con
casi 400 mts de d+ que se hacen complicados y nos aplacan los ánimos. Falín
saca los bastones porque cada vez está más cargado. Después una bajada bastante
fuerte. No se sabe qué es peor. Antonio corre con los dedos de los pies
encogidos. El dolor ya es insoportable. Ahora es Jose el que mejor va. A poco
del Cuartel nos espera Antonio Mariscal, que se ha pegado la paliza de llegar
hasta allí para acompañarnos un par de kms al trote y hacernos unas fotos. Todo
un detalle que nos da mucha fuerza.
Llegada al Cuartel, km 77, 11 de la noche. Comida
caliente y el otro punto de recogida de mochilas. Lo llaman el “avituallamiento
trampa” porque la gente se acomoda y unido al cambio de temperatura causa
muchos desmayos y abandonos. La idea era no sentarse y salir pitando, pero
vemos el menú y no nos resistimos. No estamos tan mal como para temer lo peor.
Antonio y Jose devoran el menú: caldo caliente, arroz frito, filetes empanados,
perrito caliente, coca-cola y dulce de chocolate. Falín tiene problemas estomacales
con fatiga desde el 60 y casi no come ni bebe. Antonio se cambia de zapatillas
pero ya era tarde. El daño en el dedo era tan gordo como éste y casi no nota
mejoría. Mientras, un corredor cae desplomado del banco en el que estaba
sentado comiendo. Las asistencias acuden a auxiliarlo. No es el primero por la
forma en que los avisan. Al poco otro se tira al suelo con síntomas de mareo.
Más vale salir de allí antes de que nos contagien...11 y media. Salimos
animados y empezamos a correr. Parece que lo tenemos, pero aquí comienza el
tramo más duro de la prueba.
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Comiendo "el rancho" del Cuartel |
Otro momento crucial: la subida a la Ermita. La
vista de la gente ascendiendo a los lejos con los frontales y las luces rojas
intermitentes que nos han dado brillando en medio de la oscuridad es
mágica. También terrorífica...están muy arriba. Se hace muy larga. Durísima.
Interminable. Casi 5 kms a ritmos por encima de los 10'. Para Antonio es una
estocada de muerte. Falín también está jodido. Jose aguanta el tío. Termina la
ascensión y viene una bajada de vértigo en la que casi no podemos ni andar. Ya
abajo reponemos en el avituallamiento y nos animamos unos a otros. Hemos
superado uno de los peores momentos.
Comienza un tramo más llano sobre asfalto. Las
fuerzas andaban muy justas y el silencio en todos los corredores era
protagonista, solo interrumpido por la música de los legionarios en los puntos
de avituallamientos. En el 90 viene otro repecho
que nos machaca. Falín se enfada con el mundo y con coraje tira para delante,
como queriendo acabar antes con el sufrimiento. Va cegado, mareado y solo quiere
acabar. Antonio y Jose se quedan. El primero porque no puede más y Jose por
hacerle compañía, porque podía ir más rápido.
Quedan 6 kms. Ya se ve Ronda, pero está muuuuy
arriba. La noche es preciosa. Estamos en zona boscosa. No quedan muchos
pensamientos positivos, están agotados casi todos. Sabemos que lo tenemos pero
cada km se hace eterno. El ritmo es ahora de 12'/km. Hace tiempo que no
corremos, y menos mal que llevamos los bastones. Alguna frase suelta para
animarnos, pero no se le puede llamar conversación. Estamos tiesos.
Llegamos a la conocida como "cuesta del
cachondeo". Ni siquiera bromeamos con el nombrecito. Nos pone firmes. 2
kms de empedrado con mucha pendiente y 200 metros de d+ para rematarnos,
pero ahí estamos. Empezamos a ver las luces del pueblo. Esto no se acaba. Por
fin llegamos a una curva donde comienza el asfalto y un policía local nos
indica que sigamos hacia la izquierda, dirección centro de Ronda. La
civilización.
Alargamos el paso y nos preguntamos si seremos
capaces de correr. Anda que no. A menos de 1 km de la meta la mente ha
terminado de doblegar al cuerpo y empezamos a trotar. Estamos que nos salimos. Reímos.
Un señor que nos ve pasar nos dice "vaya cojones tenéis!". Grupos de
gente que esperan a familiares también nos animan. Llegamos a la recta de meta
y entramos abrazados por el arco. Un legionario nos sella el pasaporte por
última vez comprobando que están todos los controles. El tío se lo piensa y
todo... Otro nos pone la medalla, que llaman "el ladrillo", y nos da
la enhorabuena. Falín había llegado un poco antes, esperó durante 5' pero le dijeron
que continuara sin parar.
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Caras que lo dicen todo |
Nos felicitamos y abrazamos. Son muchas emociones
y sensaciones juntas, momentos duros y bonitos vividos. Recogemos nuestra
sudadera oficial y nos sentamos los tres un rato. No tanto por descansar
sino porque casi no podemos andar. Nos tomamos una cerveza pero casi ni entra.
Después retiramos las mochilas y felicitamos a los legionarios por la excelente
organización. Casi arrastrando llegamos al coche y después medio dormidos a la
casa.
Muchas gracias a todos los que nos habéis apoyado
y dado ánimos. Recuerdos para Dani.
Nota:
Crónica extraída de los blogs de los tres cientouneros DBM (Falín, José Mari y Antonio).
En las vidas planas que llevamos hoy en dia sin cruzadas, ni revoluciones ,, es necesario que seamos nosotros mismos los que busquemos nuestros momentos épicos que nos hagan sentir que estamos vivos. Vosotros con vuestra aventura cientounera, lo habéis logrado, enhorabuena
ResponderEliminarEnhorabuena a los 3 de nuevo!!! Espero poder incorporarme a la nómina cientounera un años de estos, si puede ser en el 2013...
ResponderEliminarAntonio Mariscal, permíteme que no comparta para nada eso de "las vidas planas que llevamos". Yo no sé tú, cada uno tendrá su motivación, pero yo corro porque me gusta y me gustan los retos, de todo tipo. Pero nada más, nada de épicas ni cosas por el estilo. Lo de la épica lo dejo para sacar adelante mi empresa y mi familia todos los días. Ese es el mayor reto que tengo, sin duda. Realmente no creo que lleve una vida plana, estoy muy vivo en el día a día, y así lo siento. Correr es un añadido, nada más.
Un abrazo a todos
Salu2
Impresionante. Mis felicitaciones a los 3. Eso es tener huevos como toros :)
ResponderEliminar---
Fco. Manuel Mateos.
BUENO ESTO ES UN BLOG DE RUNNING Y NO DE LA VIDA PERSONAL DE CADA UNO. ENTIENDO A ANTONIO Y YO SI LO COMPARTO....LA VIDA EXTRA RUNNING YA TODOS LA TENEMOS Y A CADA UNO LO SUYO PERO LO MOMENTOS RUNNING SON LOS QUE SON Y LA ÉPICA DENTRO DEL RUNNING ES LA QUE ES Y LOS 101 LOS SON, QUIZÁ POR ENCIMA DE CUALQUIER CARRERA CERCANA QUE CONOZCAMOS.
ResponderEliminarPaco lo tuyo es lo que un buen amigo llama Triatlón Real (Mujer, trabajo y niños) ese es el dia a dia, en esta ocasión yo hablo de algo mas espiritual y mas orientado a los retos que al deporte.
ResponderEliminarCreo que cada uno ha contestado en un plano distinto, pero estoy de acuerdo con Antonio. Salvo que tengamos la profesión de actor de efectos especiales o algo parecido nuestra vida no tiene "momentos épicos" o con "logros imposibles". Esto no es menospreciar otro tipo de competiciones, pero os recomiendo a todos que lo intentéis. Merece la pena y no es tan difícil. Todo está en la mente...
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