domingo, 28 de noviembre de 2010

MEDIA MARATON DE CÓRDOBA 2010 (O como Siberia está aquí al lado)

El día empezó pronto. Café en casa a las 6 y cuarto de la mañana. Tenía que llegar al AVE para ir a Córdoba.
Contra todo pronóstico en tren encontré gente tan loca como yo: preparados para la carrerita. Traslado con éxito. En cuanto llegué a la estación de Córdoba me encontré con una compañera que no iba a dejarme en todo el día: "la pelúa". Que frío, por Dios.
Abundante desayuno en casa de mi cuñado Andrés y para la línea de meta. La compañera al lado. Decidí prescindir de la elástica de nuestro club. Lo siento, compañeros, pero estoy mayor y no puedo pasar frío. Se impone actualizar nuestra ropa para tenerla ajustada a cualquier condición, que la reuma nos acecha. Ya soy un buitre cascado.
Tras varios intentos de quedar telefónicamente me encontré con el pajarracus fascialáticus en la línea de salida, de manera milagrosa pues había más de 3000 corredores.
De pronto, pum. Un tiro. Qué susto. Ah, que salimos. Con la charla (y sospecho que con la joía pelúa) se nos había secado el "selebro". Puntual, las 10 en punto.
Allá que comenzamos el grupeto: mi cuñado Andrés, su cuñado Carlos, Antonio y yo. Y mi compañera (sus muelas toas). Hay que decir que Antonio es un pecholobo porque el tío iba con su camisetita. Ritmo de paseo en los primeros kilómetros, disfrutando del espectáculo de la Mezquita y de cruzar el Guadalquivir. De pronto Antonio avanza unos metros, saluda a su familia y.....entrega los guantes. Qué cojones. Me sobra tó, le faltó decir. Lo que no le sobra es su reloj de pared como el microsofticus, que decía que llevábamos un promedio propio de una pachanga.
Poco a poco fuimos acelerando, aunque no mucho, hasta llegar a 5.15 más o menos, que mantuvimos juntos hasta el km 11 creo, en el que cada uno comenzó a hacer lo que quería: yo me fuí para delante con la p...de mi compañera, por detrás cerca quedó Carlos, luego Antonio y finalizando Andrés.
A partir de ahí os cuento mi parte. Me encontré con estupendas piernas, así que a correr. Fui subiendo ritmo hasta que enganché con uno que llevaba una camisetita de Saunier Duval, que llevaba un ritmo tremendo. Me dije: allá voy hasta donde aguante. Y aguanté hasta la meta. Que tío. Voy a tener pesadillas con el simbolito de Saunier una temporada. Total, que fui  tan rápido que al final llegué como siempre, en 1.46.50 por mi reloj. Muy contento, la verdad. Me gustaría saber los parciales del final porque seguro que rocé los 4-4.15 por km.  Pero ni así dejé a la pelúa detrás. Llevé GPS pero no me fío de sus resultados, porque midió 22.300 km.
En definitiva, estupenda experiencia que os recomiendo para el año que viene. Y sobre todo: PUNTITOS PARA EL NIÑOOOOOOO. Ya iba siendo hora.

El buitre miarma



3 comentarios:

  1. Enhorabuena Quique y Antonio, el año que viene me apunto. Por cierto, ¿qué tal la organización? ¿y el ambiente en las calles? ¿y las cordobesas? (uy, esa se ma colao).
    Por cierto, esta mañana también he estado con una amiga de tu compañera la pelúa...qué frío!

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  2. La organización buena para mi gusto, salvo que un poquito corta de Cruzcampo.
    Poca gente en la calle, pero animando.
    Yo a las cordobesas ni las miro (por si mi mujer lee el blog).

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  3. Como dice Quique, la organización es perfecta y en esta edición ha vuelto a record de participación y asi va año tras año. 3500 corredores. Anoche estuve en la fiesta de la pasta y tambien muy bien montado en el polideportivo. Es una media de lo mejorcito y si, si habia muy buenas "ruedas" a quien seguir. :)

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