domingo, 2 de octubre de 2011

Carrera Nocturna del Guadalquivir 2011: la crónica

Soledad

En ti está todo, mar, y sin embargo,
¡qué sin ti estás, qué solo,
qué lejos, siempre, de ti mismo!

Abierto en mil heridas, cada instante,
cual mi frente,
tus olas van, como mis pensamientos,
y vienen, van y vienen,
besándose, apartándose,
en un eterno conocerse,
mar, y desconocerse.

Eres tú, y no lo sabes,
tu corazón te late y no lo siente...
¡Qué plenitud de soledad, mar solo!

Juan Ramón Jiménez
De Diario de un poeta reciencasado (1916)



Qué contaros de esta carrera, queridos amigos. La soledad del páramo sevillano nos abrumó. Su gelidez, su falta de calor humano…
Calles desiertas, escarcha en las ventanas. Oh.


Tundra helada y solitaria, donde se desarrolló la carrera


La tarde comenzó con la recogida de Jose María Mariscal en el Platillo Volante, y de quien os escribe en la puerta de su casa, como un señor (siempre hay clases). Morales al volante, los Aragón en la retaguardia. Nos fuimos “apretaitos” por el túnel subterráneo nuevo de Cardenal Bueno Monreal, que han construido en tiempo record. Llegamos sin apenas caravana al Estadio Olímpico de Sevilla, donde se celebró la Olimpiada del año….mmm, del año….esto….del año. Estratégico aparcamiento sin llegar a meternos en el cogollo de la multitud, perdón, de la cárcava abandonada.

Los 6 DBMs en Sevilla

Paseíto para lucir mis Saucony en tonos pálidos, alternando el gris marengo con un tono intermedio entre blanco roto y rosa palo. Conversación agradable sobre la situación financiera, Lehman Brothers y la madre que los parió, Jean Claude Trichet que a ver si baja el euribor, coone, y cositas ligeritas de este tipo. También sobre nuestras intenciones maratonianas, y cómo no, sobre los que faltan: Pepeluí y sus camisetas impagadas, Pepenieto manifiéstate güevo, Ironman-Doñana, descansa hombre, y deja algún puntito para el Morales. Por fin llega Alejandro Vozmediano, en su versión melena al viento. Oye, que no llegamos, vamos para la meta.

Tomamos posiciones destacadas en la línea de salida. Miramos de reojillo nuestros competidores: dos tíos vestidos de toro tirando de un carrito rociero, uno de repartidor de butano con bombona incluida, dos vestidos de algo intermedio entre espermatozoide y pitufo. Mal tenemos la cosa para aspirar a medalla, pienso en esos instantes.

Cuidado que salimos. No todavía no, es cachondeo. Ahora, ahora.

Y salimos. Primer kilómetro cumpliendo las previsiones de ritmo: 7´30´´. Y poco más que contar de los ritmos, que queréis que os diga…

Lo mejor: la entrada en el estadio. Morales negociando con el resto: ¿vais a disputar los puntos o no? Respuesta unánime: no, hombre, no. Que interés tenemos….Así que en el desconcierto de la multitud se organiza un autobús por la calle externa de la pista, a unos 400 m de meta, en el que nos metemos los Jose Maria y yo, que silenciosamente vamos escalando posiciones sin que nos vean y pasamos a Antonio usando métodos arteros (sí, sí: se escribe así, no me pillais). A estas Morales, que va con el autillo, se da cuenta, y sale disparado como Abdujaparov, a punto de matar a una chavala que lo mira alucinada, a por el grupo autobusero, que se fragmenta roto de risa, saliendo en alocado sprint don Jose María Aragón ante el aviso recibido de su detección (Jose Maaaari, que te ha vistoooooo). Y si no es por el tapón que se encuentra se lleva la bonificación.

Al terminar...en la soledad de la noche

Lo demás ya lo sabéis: salida a la zona común, hidratación conveniente con Cruzcam….esto…..Aquarius, y para casa.

Oh, la soledad, oh.


El buitre miarma

3 comentarios:

  1. Gran crónica como siempre, Quique. Echábamos de menos esta rigurosidad y formalidad descriptiva. Con leer tus crónicas es como si estuvieras allí. El año que viene tocamos podium, ya verás.

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  2. Para ser tan riguroso como la crónica, indicar que el acompañante de Morales al entrar en el estadio era JM Mariscal, y la terna de sprinters por la calle exterior Vozmediano, Argüelles y JM Aragón.

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  3. Perdón, perdón. Es correcto. Gracias al equipo editorial, y gracias por las buenas críticas

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